
1. Prepara la piel con un buen hidratante y primer iluminador
La base de una piel luminosa comienza con una hidratación adecuada. Usa un hidratante ligero y, si tienes la piel seca, opta por uno que tenga propiedades nutritivas. Luego, aplica un primer iluminador o iluminador en gel. Estos productos ayudan a crear una base radiante y a reflejar la luz, lo que da ese efecto glow.
2. Elige una base luminosa o con acabado satinado
En lugar de bases mate o de cobertura pesada, opta por fórmulas de base ligera o fondos de maquillaje con acabado satinado o luminoso. Estas bases permiten que la luz rebote sobre la piel, creando un acabado natural y resplandeciente. Puedes aplicarlas con las manos o una brocha para una cobertura más suave y natural.
3. Destaca tus puntos altos con iluminador
Después de aplicar la base, utiliza un iluminador líquido o en crema para acentuar los puntos altos de tu rostro, como los pómulos, el puente de la nariz, el arco de cupido y la parte central de la frente. Los iluminadores líquidos o en crema dan un acabado más sutil y luminoso que los en polvo, lo que resulta en un brillo más natural y saludable.
Estos pasos te ayudarán a conseguir una piel fresca, luminosa y con un aspecto saludable. ¡Prueba estos tips y notarás la diferencia! tema 4